La primera vez que me deslumbró tu rostro
Y mis migrantes ojos posaron
sobre tus lagunas quietas e infinitas
Renunciando a buscar la primavera y la prosperidad
En los confines extraños del planeta.
Al ver las estrella prisioneras,
Supe donde vienen a morir los Soles…
Supe donde nacen todos los horizontes…
De donde provienen los mares sin sal.
Al ver tu rostro iluminado de Luna,
Supe que un Sol oculto en la falsa noche
Dormía en la desesperanza
De negar que siempre hay una mañana…
La primera vez que tome tu mano,
Creí que algo de Dios había en ellas
Algo de ternura creadora
Algo de inocencia y caricia
La primera vez que tu beso
Arrebató mi conciencia
Supe con repentina sabiduría
Donde se ocultan las constelaciones
Donde fluye el mítico rio de la eternidad…
Cuando por primera infinita vez
Tu Sí decretó el futuro,
Supe que jamás iba a morir
Amado y contenido en tu abrazo.