A mi esposa.
Biblos-10-03-2010
Sometes al viento para ser tus manos,
Y acariciarme aunque ausente y lejana.
Sometes al tiempo
Para amar a nuestros niños que esperan mañana.
Eres el arca de la vida y las fragancias;
Tu vientre es mi prado
Donde brotan todas las flores.
Bañas con rocío las promesas
Que han crecido como hierba buena en el horizonte.
Me besas con la intensidad del aguacero,
Y para decir que me amas: cantas
Con tu garganta de pino
Sobreviviendo al otoño.
Tus ojos son dos soles generosos,
Donde nacen los luminosos
Ríos paralelos de la vida y el perdón.
Cuando despiertas
Las aves cantan,
Sobresaltadas de gratitud
Por este eterno amanecer.
Mírame una vez más
Y lo comprenderé todo:
Ilumíname con tu simple claridad.
Gracias. Gracias.
Y acariciarme aunque ausente y lejana.
Sometes al tiempo
Para amar a nuestros niños que esperan mañana.
Eres el arca de la vida y las fragancias;
Tu vientre es mi prado
Donde brotan todas las flores.
Bañas con rocío las promesas
Que han crecido como hierba buena en el horizonte.
Me besas con la intensidad del aguacero,
Y para decir que me amas: cantas
Con tu garganta de pino
Sobreviviendo al otoño.
Tus ojos son dos soles generosos,
Donde nacen los luminosos
Ríos paralelos de la vida y el perdón.
Cuando despiertas
Las aves cantan,
Sobresaltadas de gratitud
Por este eterno amanecer.
Mírame una vez más
Y lo comprenderé todo:
Ilumíname con tu simple claridad.
Gracias. Gracias.
1 comentario:
Ciertamente, no, palabras al viento. Sí, al corazón. ¡Gracias!
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