miércoles, 10 de marzo de 2010

LA CONDESA DE BABEL

A Julieta, mi hija.

Cuando nació,
Una antigua leyenda
Encarnó en su sonrisa;
Y la eternidad que un templo buscaba
Encontró su alma.


La belleza de mil mujeres
Convergen en sus rasgos
Y las oraciones de mil ángeles
Son efectivos en sus labios.
Las lenguas de Babel
Se entienden en su mente
Y los antiguos enigmas
Ocultos en las estrellas
Encuentran en sus ojos
La profana claridad
De una revelación imprevista.
Guardiana de los preceptos
Reina de las palabras,
El universo tiene un nombre
Que ella conoce;
Y conversa con Dios entre sueños
Y le habla en el primer lenguaje del mundo:
Tiene el poder de crear
La luz con sólo decirlo
O la noche y las estrellas.

1 comentario:

Unknown dijo...

No hay desperdicio en ninguna palabra. Todo acerca a la luz...
¡Gracias!