lunes, 12 de enero de 2015

"y dije, no quiero morir, no voy a morir aquí: amo la vida!!! Y sobreviví y me enamoré y tuve mis hijos y mis nietos y mis bisnietos. Los miro y me siento orgulloso porque esa tarde en el hospital, cuando escuché al médico decir que no me daba más de un día de vida, me dije: el médico se equivoca, no sabe que la vida es querer vivirla" Hace más de 60 años que ese hombre respondió a la muerte... y hoy debo decirle adiós. Quiero verte, quiero aprender de ti el valor de retar a lo imposible, sí, lo se mi Pepe, debo decirte adiós, pero no puedo. Me abrazo a mi hermana, porque ella es madre y ella es el frente donde la vida y la muerte se enfrentan. Debo llorar también. Te miro marchar inerte y navegar en tu bote de cedro sobre el mar de miradas de quienes tanto amaste, nadie quiere decirte Adiós. Quizá el decirte Gracias sea una forma de dejarte ir. O quizá una forma de reconocer que tenemos una deuda contigo, y en tu testamento dirá que debemos pagarla a quien esté a nuestro lado o al primero que encontremos, porque tu gran beneficiario sin duda es el mundo. Descansa en Paz.

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